#01 Empezar el viaje siendo positivo

 Nuestro viaje comenzaba el dia 27/09, por cuestiones que no merece la pena explicar pero si debatir, teniamos que hacernos el test protocolar para volar hacia Bangkok. 

Desde un par de dias antes empecé a tener mocos y picor de ojos, una alergia típica por el cambio estacionario o dormir con el gatito pensé. Nunca me planteé otra cosa.

Cuestión que el 26/09 vamos a hacernos el test con la broma a flor de labio de “mirá si” o “resfriadinho”. Nos hicimos el test y volvimos hacia casa a preparar las cosas de la mochila y demás ya que volabamos a primera hora. Para este momento de la historia, y con el tiempo verbal usado, se imaginaran el resultado. Positivo.

Tras leer el resultado, un montón de cosas se pasan por la cabeza, negarlo siempre es lo primero, “no puede ser que en tres años de pandemia nunca me haya pasado nada y justo antes de volar zasca” y tantas otras ideas que fundamentan la negación de la situación.

Tras el paso de las horas y los enojos por lidiar con compañias deshumanizantes como seguros y aerolíneas terminamos asumiendo que no solo perdiamos ese vuelo, sino que perdimos el pasaje en general.

A este duelo que nos tocaba enfrentar, se sumaban factores como el malestar general, que empezaba a expresar la voz del bicho. Angustia, tristeza, enojo eran las primeras emociones que fácilmente salían de mis poros. 

Fueron pasando las horas, los dias y la situación fue cambiando, comenzamos a darnos cuenta que esta situación ya era parte del viaje, que este cambio de planes espontáneo venía a enseñarnos y que todo aquello que no se puede cambiar, es cansino enfrentar. Empezamos a ver las partes positivas de la situación y aceptamos el cambio de fechas. 

El destino primario cambio, las escalas cambiaron, el tiempo de vuelo cambio, la planificación cambió. Ahora nos espera el aeropuerto mas lindo del mundo para muchos blogs y habladurías generales, Singapur 🇸🇬.

Nos leemos desde ahí.