#04 Malasia - Johor Bahru y Mersing

Malasia 1


Johor Bahru

Salimos de Singapur rumbo a Johor Bahru, nuestra primera parada en Malasia. En el control de seguridad para entrar al país nos hacen alguna pregunta de más pero finalmente nos dejan seguir. La llegada a Johor Bahru y el primer autobús al que subimos nos dejó claro que empezaba la experiencia real en el sudeste, Singapur, con su poder adquisitivo y mayoría de habitantes angloparlantes había sido un cómodo impass para aclimatarnos. Ahora empezaba lo bueno, la comunicación no verbal entraba en acción y eso a ambxs nos gusta, señas, sonrisas y a jugar. Habíamos decidido pasar 2 días en la ciudad fronteriza para planificar un poco la ruta y descansar, así que el gran entretenimiento llegaba en las horas de comer: muchos menús sólo en malayo y muchos platos desconocidos, así que decidimos que intentaríamos comunicar que no comíamos carne y dejar el resto al azar -incluido el picante-. Pedíamos lo que nos sonaba divertido o lo que nos recomendaban y siempre había sorpresas interesantes. Habíamos venido a jugar e íbamos con todo, all in, nada podía salir mal. 


       Comida de un restaurante vegetariano


Mersing

Decidimos que el siguiente destino sería una isla al sureste de Malasia, a la cual se puede llegar en ferry desde una pequeña ciudad costera llamada Mersing. Teníamos por delante 120km y los íbamos a hacer a dedo. Para eso tocó madrugar y estar temprano en la carretera que iba en dirección a nuestro destino. Los primeros minutos fueron un poco frustrantes, nos picaron unas hormigas rabiosas en los pies y los coches parecían igual de furiosos a juzgar por la velocidad a la que iban. Pero nada que ver, en menos de 15 minutos había parado una pareja dispuesta a llevarnos. Parecía que él hablaba inglés y que nos habíamos entendido pero al poco de empezar a circular Chipi se da cuenta de que se desvía totalmente de la ruta. Le preguntamos pero costaba que nos hiciera caso ya que iba estresado siguiendo las indicaciones del GPS. Resulta que con toda su buena fe nos quería llevar a otra ciudad cercana donde había una central de autobuses, ahí podíamos seguir nuestra ruta sin perdernos y pagando pasaje. Lo peor fue que en esa central de autobuses ninguno iba a Mersing y, de querer viajar en bus -que no era el caso- teníamos que volver a la central de Johor Bahru. El buen hombre no entendió que queríamos viajar así y más adelante nos dimos cuenta que esa iba a ser una constante ya que lxs malayxs tienen muchas ganas de ayudar pero poca experiencia con viajerxs “a dedo”. La ruta promete, esto es parte del camino. Los siguientes en recogernos -y esta vez entender lo que queríamos- fueron dos chicos en su pickup de trabajo, viajamos (familiares aprensivos salten unas líneas) en el cajón de la furgo rodeadxs de herramientas pesadas y otros metales. Paramos a repostar y uno de ellos hasta nos compró unos refrescos para el camino, ¡más majos! Nos dejaron en un restaurante de carretera y a los minutos nos recogió otro buen samaritano con muchas ganas de ayudar a dos forasteros perdidos (creemos que eso es lo que interpretaban al vernos hacer autostop). Aquí llegó la situación más surrealista y divertida de toda la ruta: nos llevó a una comisaría de policía y nos dejó al cargo de los únicos dos agentes que había allí, diciéndoles -suponemos- que necesitábamos ayuda. Cuando conseguimos explicar a los policías que lo único que queríamos era seguir viajando a dedo, expresión que en malayo se traduce por tumpang, los agentes no podían parar de reír y repetir tumpang tumpang? Y nosotrxs contestar: yes, tumpang tumpang! Cómo nos llegamos a reír… y ellos, lejos de ejercer ningún tipo de actividad relacionada con su trabajo como hubiera sido pedirnos la documentación o similares, nos hacían videos que sospechamos debieron colgar en su Instagram personal… ¡un show! En fin, al lado de la comisaría nos recogió un señor hindú más majo que las pesetas que iba con mercancía para Mersing. 


  El salvador que nos llevó finalmente a Mersing


Viajamos lo que quedaba (1h 30min aproximadamente) en su camión, conociéndonos, hablando de la vida, viendo monos cruzar la carretera y carteles de tráfico que advertían ¡atención elefantes! por si se nos cruzaba alguno. Una vez en Mersing descubrimos que la ciudad había sido asediada por los gatos (parece que en Malasia hay muchos y aunque callejeros y con un estado de salud cuestionable, la gente les da de comer y convive con ellos felizmente). Pero aquí nos sorprendió la gran cantidad de felinos que había. 


     Gatita de Mersing con sus recién nacidos


En definitiva, después de comer la peor comida hasta el momento (pescado muy seco y frío acompañado de verduras que sabían también a pescado) tocó hacer noche en un hotel para salir temprano rumbo a la isla paradisíaca: Pulau Tioman. 


                         Goodbye Mersing


Comentarios

  1. Hermosa fotos ,cuántas hs de diferencia con Argentina ?

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  2. Igualito a Argentina 🤣🤣🤣

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  3. Parece que lo estáis pasando muy divertido 🤣 seguir disfrutando de la aventura petonets

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  4. Mira que no saber que significa Tumpang jajjajaja

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  5. Tumpang 🤣🤭 bueno visita a una comisaría y una rosas nunca están de más.

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