# 11 Malasia- Isla Penang


Hot pot en casa de Liu con sus amigxs

Tras salir de la selva con los pies ya libres de sanguijuelas y picadas de avispa, levantamos el dedo para ir rumbo al norte, provincia de Penang, pero no fue un dedo cualquiera, nos recogió un funcionario estatal del sector de conservación del ecosistema selvático donde estábamos y para nosotres fue un regalo poder vapulearlo a preguntas para entender un poco mejor el funcionamiento estatal Malayo en relación a este tema y a las plantaciones de aceite de palma. Nos explicó la dificultad de su labor para ejercer un punto intermedio entre el capital privado y el medioambiente, nos habló desde la impecabilidad e incorruptibilidad con la que trabajan y no vamos a negar que cierta envidia tonta pensando en nuestros países de origen nos dio. La selva tiene un gran porcentaje de la misma en estado protegido donde el capital ni el ser humano tienen jurisdicción. Solo elefantes, tigres, monos y tapires junto con árboles y plantas milenarias coexisten en perfecta armonía alejadas de nuestra mano ambiciosa. En cuanto a la plantación de palmeras nos explicó que se cosecha un fruto que crece en la base de las hojas (donde acaba el tronco) y que se bajan con una especie de garrocha de manera artesanal. Toneladas diarias son transportadas para realizar productos de higiene, cosmética y gastronomía como dijimos anteriormente. Después de esta charla no cambiamos de opinión en base a la reducción del uso del aceite en la medida de lo posible sino que empatizamos con que es una gran fuente de empleo y económica para el país. Concluimos que el problema siempre es mas profundo que la primera impresión y nunca es el uso de una cosa sino en el abuso de ella lo que causa el verdadero impacto.

Cosecha del aceite de palma

Giro de 180 grados en el ángulo de la información.

Llegamos a Penang, Capital gastronómica de Malasia, si les decíamos que la comida malaya nos gustaba y nos recomiendan el eje gastronómico nacional, era imposible rechazarlo. Llegamos por la noche y comimos en la ciudad de Butterworth algo no muy elaborado en un restaurante chino, donde simulaban no entender inglés para evitar que pidamos ya que estaba próxima la hora de cierre. Finalmente comimos rápido por solidaridad de clase trabajadora y nos fuimos en busca de un postre. Encontramos un cafe que servía tortas y otras delicias, pero lo mas interesante era la estética del lugar, les contaremos la hipótesis que concluimos tras largas charlas intentando encontrar sentido a tan extraño collage. Concluimos que el café era de 4 hermanos de gustos muy diferentes, pero testarudos todos, por lo que al no llegar al consenso terminaron dividiendo el salon en 4 y diseñando cada cual un cuarto del lugar. En una esquina luz blanca con azulejos blancos, mesas blancas, sillas que difícilmente adivinen de que color eran… el espacio del hermano Walter White… en otra esquina había sofás bajo una luz tenue que te invitaba a dormir, tanto es así que hasta había peluches para usar del almohadas… en otra esquina un sector con estética capitalista actual con formato vintage con sillas incomodas y muebles restaurados pero comprados nuevos a precio caro… resumiendo terminamos de comer y nos fuimos antes de encontrarle la lógica al lugar, pero tenían unas cucharas de gatitos muy bonitas.


Cucharitas de gatitxs…


Al día siguiente fuimos hacia el ferry que nos cruzaría hacia la isla de Penang, el aire acondicionado como de costumbre, para lxs que leen el blog por primera vez o no saben de que hablamos nos referimos a temperaturas polares, o sub polares como mínimo. Llegamos a la isla y debíamos hacer tiempo hasta la tarde cuando nuestro anfitrión de CS nos recibiría en su casa, por lo que elegimos un parque bastante concurrido pero con lindo césped para descansar tranquilamente. 

Pasamos el rato disfrutando del sol y la sombra y de algún que otro sujeto disfrazado de spiderman que repartía golosinas a los niñxs sin ningún tipo de consentimiento de sus padres, quienes luego tendrían que darle dinero (lo destacable es que lo hacían para sorpresa nuestra).

A las 17hs y bajo una lluvia con intensidad estratosférica nos encontramos con Xin Liu nuestro anfitrión que a prejuzgar por su nombre era chino, pero para nuestra sorpresa solamente estaba hace 9 meses en el país (aún no probó ningún plato malayo) y no hablaba prácticamente nada de inglés y lo poco que hablaba era con acento chino lo cual dificultaba mucho más la comprensión. Así casi sin cruzar palabra llegamos a su departamento donde al abrir la puerta nos cruzamos con dos grandes choques, el primero fue que con aerosol desinfectante en mano, nos lanzó cual lanzallamas chorros del liquido por todo el cuerpo (cara incluida) como si fuéramos leprosos, con el pasar de los días descubriríamos que lo hace con absolutamente todo lo que salía al exterior de su casa. Y la segunda sorpresa fue que había un grupo de 5 amigos de los cuales 1 solo hablaba un poco de inglés, por lo que la cena y el resto de la velada fue particularmente divertida hasta que su compañero de casa sacó una útil herramienta traductora, la cual no titubeamos en usar y hasta me animé a explicar el significado de mis tatuajes con ella. 



Intentando la misión imposible 



Ingredientes preparados para el hot pot


Hablamos de China, de medioambiente, economia, estudios y hasta hubo lugar para confusiones y malas interpretaciones, pero sobre todo hubo risas. En esa línea fue prácticamente toda nuestra estadía en casa de Liu, fuéramos donde fuéramos el se aseguraba de llevar algún amigo que hable mas inglés que el, a modo de traductor pero nunca ejercieron ese rol porque tampoco hablaban con fluidez. Lo mas destacable para mi fue una conversación que tuvimos el y yo solos con traductor del celular mediante donde profundizamos en como era dejar un trabajo para disponerse a viajar, miedos, legados familiares y algunas otras cosas que me hicieron darme cuenta lo interesante que era detrás de la barrera idiomática que nos separaba. En el desayuno del último día descubrimos que su doctorado, que se encuentra actualmente cursando, era en robótica quirúrgica y ahi caimos en que el tipo era un cerebro con patas. 


Desayuno de despedida con Liu


Después de tan grata experiencia decidimos pasar un día mas en la ciudad para visitarla en profundidad, caminamos mucho y descubrimos quizás el templo mas impresionante al que hayamos ido hasta el momento, “Kek lok si” era su nombre, un templo budista con una imagen de Paramita que simboliza la iluminación del ser antes de llegar al Nirvana. 



La imponente estatua de kek lok si


Cenamos un plato típico del lugar (Asam Laksa) que mezclaba multiples especias, aromáticas y sabores en una sopa de fideos con menta, resultado: delicioso. 


Asam laksa en dos versiones diferentes, la bebida tipica de Penan (rosa) y un te con limon frio


Al día siguiente, en un largo día decidimos llegar hasta la frontera con Thailandia haciendo dedo, fueron 3 conductorxs increíblemente bondadosxs  quienes convinadxs nos sacaron de Penang y nos depositaron en el control policial de migraciones como quien deja una carta en un buzón. 


Kelek fue una de esa conductoras y nos contó las dificultades a la hora de ser lesbiana en un país musulmán (escondiéndose de su propia familia).


Gracias por llegar hasta acá y próximamente nos sumergimos a viajar a un nuevo país, Thailandia.

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